La Catedral de San Salvador, conocida popularmente como la Seo, me produce sensaciones encontradas: de una parte los recuerdos de la infancia: recuerdos de un lugar sombrío, con perpetuo olor a incienso. Tenebroso. Lugar de paseo de domingos en tardes de invierno.
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Hace quince años, por los andamios de la torre. |
Mas recientemente la recuerdo llena de andamios, suciedad polvo y todos los nervios y tensión que me produjeron participar en la organización de la exposición La Seo Espacio Real, en la que realicé trabajos no acordes con mi escala, nivel y adscripción funcional en mi condición de funcionario del Gobierno de Aragón, que se prolongaron en semanas sin días y días sin reloj, pero que recuerdo con gran intensidad y orgullo.
En la actualidad, cada vez que paso por la puerta de la plaza no puedo dejar de alterarme e indignarme. Tras 23 años de trabajos y más de dos mil millones de las antiguas pesetas (12 millones de Euros) pagados por las administraciones públicas, es decir, por todos, la iglesia católica, propietaria del inmueble cerró las puertas y colocó un vigilante en la puerta, para aquellos que no paguen el ticket de entrada, pero que ya lo han pagado de sobras con sus impuestos, no puedan acceder.
Por eso, cada vez que entro al interior, todos estas sensaciones se me entremezclan.
Esta vez (enero de 2013) tuve toda la catedral a mi disposición, incluida la torre, vieja conocida; las siguientes fotos son prueba de ello y sobre todo, de mi reconciliación con el espacio, la piedra y la luz, ajenos todos ellos a las mezquindades del siglo y del mundo.
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Altar Mayor |
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Detalle del retablo |
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Caja del órgano de La Seo |
Que razón tienes. Excelentes fotografías. Espero que empieces a publicar otra vez con más frecuencia.
ResponderEliminarUn saludo.