La celebración del Carnaval en cada localidad pretende ser único y original, pero todos coinciden con la finalidad: pasarlo bien. El de Torla, como todos parece ser que estuvo prohibido durante el franquismo y es a partir de los años 80 cuando cobra fuerza su celebración, animado por esa reivindicación latente de promocionar todo lo antiguo, rural y tradicional, y elaborar multitud de sesudos estudios que se rinden ante la evidencia. El carnaval sirve para pasárselo bien: durante los preparativos, durante la ronda/pasacalles y días después recordando lo acontecido.
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Mi primer carnaval en Torla. 2007. Un simple gorro de bufón, para no desentonar., lo que nop me sirvió para recibir mi correspondiente ración de ceniza. Mi hijo aprovechó el disfraz de chino de la fiesta de Navidad del colegio.
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El Carnaval y el Tenedor. Este último, con su mano izquierda en el zurrón se prepara para arrojar ceniza al público
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A la comitiva se suele unir algún que otro jabalí, que más que nada intimidan con su peculiar olor
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Con una bolsa de basura, una lámina de goma EVA y poca verguenza me preparé mi disfraz de Fluvi. Era febrero de 2008 y la Expo lo impregnaba todo
La maldad del carnaval no tiene limites
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Ni los viejos se libran...
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