domingo, 12 de mayo de 2013

EL PILAR


El Pilar desde una ventana de mi casa




El Ebro guarda silencio...




El Pilar me despierta unas sensaciones totalmente distintas a La Seo. Es la luz, la cálida bofetada de la calefacción en invierno, la frescura en el verano, el recuerdo del olor a cera, que aún permanece, a pesar de que las velas de ahora son eléctricas; el ir y venir de gente,  de aquí de allí, turistas, fieles, los cánticos de los infanticos.  Los bancos con terciopelo rojo en los que me sentaba durante interminables misas los sábados por la tarde a final de los 60 y principios de los 70, el pasillo que había que atravesar sin respirar,  Goya, la Regina Martyrum,  el beso a la columna del Pilar. Lugar de paseo y de encuentro.



El altar mayor


Otra vista del altar mayor

Regina martyrm
Pero  sobre todo la Pilarica. 

Despotricaré  del cabildo metropolitano, quemaré algún cura, saquearé los donativos del portal de belén, dormiré borracho en un confesionario, enco-rreré a algún infantico (de estas cinco acciones solo una no he realizado, adivina cual). 


 Pero la Pilarica que nadie la toque. La Pilarica  es Zaragoza. Zaragoza la anarquista, Zaragoza la roja no es Zaragoza sin la virgen del Pilar.





Consigue que lleve 16 años  sufriendo una metamorfosis muy especial cada 12 de octubre. 






Ese día, en una extraña y complicada ceremonia que, año tras año,  me juro a mi mismo no repetir, me visto de baturro. Si, baturro, mi traje no es el sofisticado traje de boda del valle en cuarto menguante de tión rico y con posibles, ni el de pastor con refajo al estilo de la ribera de un afluente del Jalón. Mis trajes son al estilo de Galerías Primero (si hace calor) o el otro traje que me compré en el Pequeño Catalán (si hace frío)  y una complicada ingeniería de elásticos, gomas e imperdibles para sujetar el conjunto y que se mantenga a lo largo de esa festiva jornada.  Así pertrechado,  acompaño a mi mujer y mi hijo, y quien se quiera apuntar, para llevarle un ramo de flores a la Pilarica, y con eso  me creo que le pago ese matronazgo de la ciudad y el mío propio.


   
La Virgen del Pilar, que no quiere ser francesa, que no quiere ser pepera (ver  blog de noviembrede 2012) , la utilizo a mi conveniencia y no se queja. Me sigue emocionando la jota de los Sitios de Zaragoza que imagino como un himno a la Pilarica/Zaragoza. La Pilarica protegiendo a las ciudad y sus habitantes contra los invasores franceses (ver blog de marzo de 2012). Si en vez de Agustina hubiera sido la Pilarica la que dispara el cañón, aun estarían corriendo los franceses.



Encima de las naves, debajo del tejado





La calle Alfonso





La cerrada, triste catedral de San Salvador, o la Seo.
También desde mi casa, como la siguiente foto




Lo confieso, el pasado sábado 27 de abril le pedí perdón por haber simulado un vuelo en Microsof Flight Simulator con  un avión Fokker FVIII  y arrojar unas bombas sobre su edificio, como el 2 de agosto de 1936. También le pedí que me echara una mano en un examen que iba a tener una hora después. Como buena madre, me perdonó y como siempre, me ayudó.

Foto hecha desde la torre suroeste.  Esta imagen la tengo con 200 y pico mb de resolución ( 2 mts de larga) Si te interesa.  me mandas un correo y te la hago llegar




























jueves, 9 de mayo de 2013

LA SEO

La Catedral de San Salvador, conocida popularmente como  la Seo,  me produce sensaciones encontradas: de una parte los recuerdos de la infancia: recuerdos de  un lugar sombrío, con perpetuo olor a incienso. Tenebroso. Lugar de paseo de domingos en tardes de invierno.

Hace quince años, por los andamios de la torre.

Mas recientemente la recuerdo llena de andamios, suciedad polvo y todos los nervios y tensión que me produjeron participar en la organización de la exposición La Seo Espacio Real, en la que realicé trabajos no acordes con mi escala, nivel y adscripción funcional en mi condición de funcionario del Gobierno de Aragón, que se prolongaron en semanas sin días y días sin reloj, pero que recuerdo con gran intensidad y orgullo. 







En la actualidad, cada vez que paso por la puerta de la plaza no puedo dejar de alterarme e indignarme. Tras 23 años de trabajos y más de dos mil millones de las antiguas pesetas (12 millones de Euros) pagados por  las administraciones públicas, es decir, por todos, la iglesia católica, propietaria del inmueble cerró las puertas y colocó un vigilante en la puerta, para aquellos que no paguen el ticket de entrada, pero que ya lo han pagado de sobras con sus impuestos, no puedan acceder.                                                                                                                                                       

Por eso, cada vez que entro al interior,  todos estas sensaciones se me entremezclan. 

Esta vez (enero de 2013) tuve toda la catedral a mi disposición, incluida la torre, vieja conocida;  las siguientes fotos son prueba de ello y sobre todo, de mi reconciliación con el espacio, la piedra y la luz, ajenos todos ellos a las mezquindades del siglo y del mundo.
Altar Mayor

Detalle del retablo
Caja del órgano de La Seo

El órgano visto desde el altar
El cimborrio es uno de los elementos más espectaculares
                                                                                                                                                
                                                                                                                                                                


La capilla del Santo Cristo, vista desde el atrio de San Agustín, por la entrada de la calle Pabostría 



   


































Simbolos del Papa aragonés Benedicto XIII (Papa Luna)



Interior del ábside románico


Campana Valera, fundida en 1901


El salón de la ciudad