martes, 1 de abril de 2014

FANLO 5 de abril de 1938

He consultado la siguiente bibliografía: Guerra Civil. Aragón. El Pirineo. De Miguel Flores Pintado, Antonio Gascón Ricao y Fernando Martínez de Baños. Guerra Civil en Aragón, coordinado por Fernando Martínez de Baños, La Bolsa de Bielsa, de Antonio Gascón Ricao y  Republica y Guerra Civil en el Sobrarbe, del Centro de Estudios del Sobrarbe, coordinado por Manuel López Dueso.  Las mejores fuentes. Igualmente he aprovechado estos dos últimos veranos para poder hablar con gente del lugar que pudieran manifestar algún testimonio.  La última entrevista me sirvió para dejar  enfadados entre sí a dos abuelos, ya que cada uno mantenía una versión distinta de lo que aconteció aquel 5 de abril de 1938.

Por lo tanto, en un primer momento voy a proceder al relato,  mezcla de lo leído y escuchado.
Fotografía: Fototeca DPH

Los primeros días de abril  de 1938 con la ofensiva de Aragón en marcha,  fueron momentos de grandes velocidades: unos avanzando y otros retirándose destruyendo todo lo que dificultase el paso del enemigo: túnel carretero del Cotefablo, puente nuevo de Broto, destrucción que en algunos lugares como Sarvisé, ya había sido anticipada por los bombardeos de la aviación fascista.

El puente antiguo de Broto, el histórico, dificilmente podría permitir el paso de los vehiculos y blindados. Pero a pesar de ello un miliciano valenciano (según Miguel Flores) fue el encargado de destruirlo. 





Soldados del ejército sublevado posando con el bucardo
disecado más fotografiado de la historia. que 
delata que tal vez los soldados se encuentren en Ordesa, 
cerca de la Casa Olivan, donde siempre ha sido
 fotografíado el bucardo. Fotografia facilitada por Miguel Flores Pintado
El 5 de abril de 1938 tropas del Batallón Mixto de Montaña, formado por soldados especialistas de montaña, muchos de ellos anteriormente integrados en los Panteras del Valle de Tena,  se acercan a tomar el pueblo de Fanlo, confiados en la débil resistencia que  han encontrado hasta entonces en su avance. 
Soldados sublevados a su entrada en Torla, en lo que hoy
sería la calle Fatás.  Fotografia facilitada por Miguel Flores Pintado
Milicianos haciendo la instrucción en algún lugar del Alto Aragón
Fotografia facilitada por Miguel Flores Pintado

Hay testimonios que afirman que los soldados rebeldes bajaban por el barranco de la Pardina. Se supone que descendían de la Sierra de las Cutas, procedentes de Torla, que según parece se tomó el día anterior, al igual que Broto.



Vista desde al ermita de San Pelayo de la zona por la que podrían haber
descendido los soldados sublevados
Vista igualmente desde la ermita de San Pelayo hacia la zona del rio Chate,
 por donde podían haber ascendido
viniendo desde Broto y Sarvisé

 La maniobra es observada por unos soldados de intendencia de la  2ª Compañía del Batallón 517 de la 43 división. Los rebeldes avanzan confiados tras obtener el testimonio de una lugareña que les informa de que no quedan soldados republicanos en el pueblo.
La ermita de San Pelayo, a unos 500 mts. al norte de Fanlo había sido convertida en un polvorín, en el que probablemente los soldados republicanos estuvieran recogiendo munición. 
Según testimonios coincidentes: publicación y entrevista, al llegar a la zona en la que actualmente hay una caseta de información turística son sorprendidos por el fuego de las tropas republicanas, procedente de la torre de la iglesia. Las bajas son muy cuantiosas entre los sorprendidos asaltantes, que retroceden hacia el barranco del Chate.



































































Según testimonios orales coincidentes de gente del lugar, parece ser que los republicanos se apostaron en la torre de la iglesia con alguna ametralladora, desde donde abrieron fuego sobre las fuerzas sorprendidas que venían a tomar la localidad










 En la foto adjunta, tomada desde el pie de la torre, se aprecia, al fondo, el promontorio donde fueron abatidos los soldados del ejército sublevado.






Esta otra foto, esta tomada desde el lugar donde  fueron abatidos los soldados. La  torre de la iglesia está demasiado lejos  como para haber causado tantas bajas como las que sufrieron los soldados sublevados. Un simple y rápido retroceso los hubiese ocultado del fuego enemigo, tras el promontorio








Como ya he dicho al principio no pretendo reescribir la historia ni contradecir lo dicho por gentes del lugar y estudiosos del tema. Pero a mí me parece más verosimil el relato, fruto de mi imaginación, que a continuación expongo.

Estado en que quedó la ermita de San Pelayo tras su voladura.
 Delante de ella dos soldados del ejercito de Franco
Fotografia facilitada por Miguel Flores Pintado
El ejército republicano en aquellos días retrocedía hacia el este, para quedar atrapado en  lo que más tarde se ha conocido como la Bolsa de Bielsa. Un grupo de estos soldados bien podía estar en la ermita de San Pelayo recogiendo munición, o bien procediendo a las tareas necesarias para su destrucción para evitar que ésta cayera en manos del enemigo. Al observar a la columna  de soldados sublevados que, bajo sus pies, ascendía hacia la localidad (me da igual por la zona sur -Chate- que por la norte -procedentes de la Sierra de las Cutas-) decidieron darles el recibimiento adecuado. Desde la posición de superioridad que les proporcionaba el punto estratégico de la ermita de San Pelayo y una serie de  posiciones defensivas alrededor de la misma, que a mi me han parecido distinguir todavía en los alrededores,  bien pudieron facilitar un ataque sorpresa a los confiados soldados de Franco, proceder a la destrucción de la ermita, y posteriormente huir con la munición que  pudieron acarrear consigo,  para unirse con el resto de tropas de la 43 División Republicana.




Estado actual de la ermita de San Pelayo, cuya consolidación se va realizando según se van recibiendo las correspondientes subvenciones del Parque Nacional







Fotografia facilitada por Miguel Flores Pintado
Fotografia facilitada por Miguel Flores Pintado

Interior de la ermita de San Pelayo donde se aprecia gran cantidad de munición sin destruir, y que todavía en la actualidad continúa aflorando  a la superficie. Se observa a simple vista gran cantidad de granadas. También se ha encontrado en la zona balas para el fusil Mosin-Nagant, de gran uso en el ejército republicano

En esta foto, tomada en el Frente de Usera-Madrid,  se aprecia el uso de una de las granadas  similar a las almacenadas en la ermita de San Pelayo y que fueron muy utilizadas en la I Guerra Mundial


Fotografía tomada desde la ermita de San Pelayo. Al fondo la Sierra de las Cutas. Se observa la pista, proxima a  tres bordas, que sería el camino natural por el que los soldados del ejército sublevado podían haber venido desde la cercana localidad de Torla.

En cualquier caso este episodio es una pequeña muestra de los duros enfrentamientos que tuvieron lugar en estos parajes tan preciosos y que concluyeron el 16 de junio de 1938 con la salida del último soldado de la 43 División