domingo, 31 de enero de 2016

MI PRIMERA VEZ

Estos días finales de enero se ha producido el acto administrativo consistente en "Acta de recepción de las obras de restauración y consolidación de la techumbre de la ermita barroca del Santuario de la Virgen de Peñarroya de Tastavins" en la localidad del mismo nombre, en el Matarraña turolense, con lo que se dan por finalizadas las obras en cuestión, y que me han tenido entretenido, junto con otros contratos y tareas, buena parte del año pasado.




Acompañado de Miguel, el arquitecto supervisor de las obras






Ha sido mi primer contrato de obras gestionado desde el principio hasta el fin, y dada la ausencia por embarazo, de Bea, mi jefa de sección, prácticamente he tramitado todo el expediente en solitario.
Cuando me incorporé a este nuevo puesto de trabajo tuve la gran suerte coger el expediente ya iniciado y de poder acabar las obras de restauración de la iglesia de Otal (Sobrepuerto-Broto) 


 Y después de haber concluido felizmente toda la tramitación del expediente, he llegado a la conclusión de que no me gusta esto de la contratación administrativa: todo son trabas, palos en las ruedas, por cada hora de trabajo en el objeto del contrato, ha habido  tres horas de fiscalizaciones, justificaciones y auditorias.




Alguien debía pensar que  estaba desviando los recursos económicos de este contrato ( o cualquier otro)  para hacer alguna mejora en algún inmueble de mi propiedad. Todo trámite administrativo hay que explicarlo y justificarlo hasta el aburrimiento. Todas las trabas han hecho que las obras no pudieran empezar hasta mediados de octubre, y han finalizado en las primeras semanas de enero. La peor época para trabajar, tanto para la empresa como para los operarios. Y yo  he perdido dos días de vacaciones para poder cerrar el ejercicio presupuestario y no perjudicar los pagos a la empresa.

La fuente que da nombre al Santuario
Pero al final el trabajo ha merecido la pena.  La ermita barroca y el santuario, con una techumbre mudéjar, inscrita en el listado del Patrimonio de la Humanidad bien merecen una detenida visita. Además el conjunto se encuentra en un preciso paraje a la orilla del río Tastavins, antes de llegar a la localidad.



 Esto de los andamios sigue sin darme mucha confianza
 El interior de la ermita no es gran cosa, pero  se conserva gracias a los vecinos y feligreses. En la Guerra Civil, los milicianos se encargaron de dar buena cuenta de retablos y demás mobiliario religioso


 Aún se aprecian varios impactos de bala en la fachada sur de la ermita

El  gallo de la veleta  fue objeto del tiro al blanco y aparte del agujero aún visible, la cola al completo desapareció por este motivo. La bola de la base parece haber recibido un balazo de mayor calibre, con una trayectoria de arriba a abajo. Tal vez un ataque aéreo.

jueves, 28 de enero de 2016

EL FACE DE ENERO


Iglesia de San Martín, Nueno. El mudéjar mas norteño


Ya han empezado a ensayar para la SEMANA SANTA DEL CAMBIO.
Ojo, pocas bromitas con los costaleros...



Tarde de Opera: recital de Mª Jose Montiel, con Ruben Fernández al piano

S


Pegatinas de la ITV de Calaceite
En Huesca, Palacio de Justicia, siguiendo el juicio por las pinturas de la sala capitular del Monasterio de Sigena. ¡¡¡Pero oomo mienten los representantes de la Generalitat de cataluña!!!
Desde el Castillo de Miranda, Juslibol. Esta mañana
Calaceite, la semana pasada

¿Van o Vienen?


El arquitecto su casco, el fotógrafo su cámara. Peñarroya de Tastavins

lunes, 11 de enero de 2016

DE ALHAMA A SANTA QUITERIA. 8 de enero de 2016

Provisto del TwoNav y la cartografía 1:25.000 digital del IGN, un termo de cortado con coñac, unas galletas y más ropa de la necesaria, me dispongo a acercarme a la ermita de Santa Quiteria, al norte de Alhama de Aragón.


 Siempre me ha parecido curiosa la coloración de esta zona que atraviesa la autovía, pero nunca me he podido parar para hacer la consabida fotografía. En esta zona la Guardia Civil detecto y neutralizó en 1999 una furgoneta  con 750 kilos de explosivos que se dirigía a Madrid.

La inusual temperatura de este invierno ya ha hecho brotar el cereal en estos campos


 El camino que lleva a la ermita




El almez de Santa Quiteria. Se trata de un litonero que aprovechando la balsa de las proximidades crece en un entorno que no le es habitual. Este árbol está incluido en el inventario de árboles singulares del Gobierno de Aragón
 Vista de Valdelloso. Siguiendo el camino de la derecha en la parte de arriba de la foto, se aprecia la trinchera de la autovia, la de la foto segunda. Por la izquierda transcurre el cauce seco del río Monegrillo.

Ermita de Santa Quiteria. Si tiene algún valor histórico artístico, lo desconozco. Valor sentimental, para los vecinos de Bubierca y Alhama: todo.
 A la ermita acuden en procesión los vecinos de Alhama el 21 de mayo. Los de Bubierca una semana más tarde.

Peña Melera, con 917 mts. de altura.


El camino que viene desde Alhama y vista general de Valdelloso



Ya de regreso, hago una parada en el barranco que va paralelo al camino de la Zapatera, muy cerca ya de Alhama. Aparte de los saturados colores de las margas y las arenas, me llama la atención una serie de cuevas y túneles que en un principio me recordaban a la Mina de Daroca, construida para evitar las riadas que asolaban la localidad.


 La disposición de los túneles me hace pensar en otra intencionalidad a la hora de construir estas cuevas.

Ya en el pueblo me entero de que estas cuevas son el resultado de la extracción de arenas blancas, para la industria del vidrio.
 Varias horas después, no he llevado la cuenta, y unos 14 kilómetro recorridos, regreso de nuevo a Alhama. Tenía intención de haber visitado las minas abandonadas de la Pedraza, en Bubierca, pero las pasadas Navidades y el poco ejercicio que he hecho desde el verano, me han recomendado acontar la excursión. Mejor, así tengo excusa para otra andada.


Antes de finalizar la excursión, una visita al cementerio viejo y olvidado de la localidad